. Un teatro Vera a pleno apoyó la propuesta artística de Chingoli Bofill Todo comenzó hace cuatro años. Cuatro años de escenarios y de una carrera que en realidad, sin saberlo, había iniciado cuando él tan sólo tenía ocho años y su padre le enseñó a interpretar su primera canción en un acordeón.
Con respecto al primer tema que le enseñó el trovador correntino, el joven artista dijo “fue lo único que me enseñó y después me dejó que siguiera solo y buscara mi camino, fue lo que hice”, dijo con el marco de un teatro Vera a pleno en su primera presentación como solista, Chingoli Bofill, quien puso a consideración del público su primer material discográfico, “Primeros pasos”. Suelto pero muy sólido y con la entrega de la sangre joven, el artista -que hace sólo unos años se animaba a subir a un escenario con algunos cuantos chamamés y sus compañeros de ruta- el jueves pasado logró que el público lo acompañara en uno de los escenarios más difíciles de Corrientes para el chamamé, como es el teatro Vera.
“La emoción es mucha y el agradecimiento es aún mayor”, dijo el joven al finalizar una actuación que contó con una presencia inesperada.
La bendición de un amigo de la familia, pero un referente del chamamé. No estaba en el libreto pero, de pronto, la voz de Julián Zini estremeció no sólo al público sino al mismo protagonista de la noche, que se permitió derramar algunas lágrimas con el poemario del líder del conjunto Neike Chamigo. Sin lugar a dudas fue una velada muy especial.
Una velada que abrió Mario Bofill, quien -como nunca- respetó a rajatabla el número de temas, entendiendo que esta vez el invitado era él. Con ojos emocionados vio cómo su retoño y su propuesta artística se enfrentaba nada más y nada menos que al coliseo mayor de los correntinos y a un público exigente que eligió acompañarlo. Al momento de subir al escenario el legado del trovador correntino no eligió el acordeón para aparecer en escena, sino todo lo contrario: un piano de cola y la dulzura de su sonido fue su carta de presentación.
“Es que lo primero que estudié es piano”, dijo medio tímido. “Lo que sucede es que después aprendí a ejecutar el acordeón y así armamos esta propuesta artística con la que hoy recorremos los más variados escenarios del país”, afirmó.
Luego de este instante, que sorprendió a más de uno, dejó a un lado el saco y tomó entre sus manos el acordeón. Ya sus músicos estaban listos para acompañarlo una vez más.
“Es cierto que estoy un poco crecidito para dar mis primeros pasos, pero el nombre del disco tiene que ver con las canciones que me acompañaron desde el momento en que decidí que la música iba a ser mi vida misma”, dijo Chingoli, quien pese a no decirlo sobre el escenario, a los medios de prensa adelantó que ya está preparando su segundo material discográfico, el que se basará en temas de su autoría.
Este disco, que presentó el jueves pasado contó con la presencia de la Reina Nacional del Chamamé y su Jeroky Yara y por el cual incluso recibió un reconocimiento de una importante firma correntina, incluye temas a través de los cuales se permitió homenajear a grandes creadores del chamamé. Esa música con la que creció y a la que tanto respeta hoy. En medio del espectáculo reconoció que, si bien hace tiempo viene ofreciendo su música en provincias como Santa Fe, Chaco, Entre Ríos, Misiones y -por supuesto- Corrientes; este escenario era una deuda pendiente. Una deuda que pudo saldar con tan sólo 24 años de edad y un promisorio futuro por delante. Algo que está asegurado por la seriedad con la que está llevando adelante su carrera y la pasión que pone en cada una de sus acciones. El trovador puede estar tranquilo, tiene quien lo suceda."
Viernes, 16 de septiembre de 2016
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