MUSEO DE BELLAS ARTES Benjamín Pujol expuso “Esperanza infinita” En la Sala “Justa Díaz de Vivar” del Museo de Bellas Artes se inauguró la muestra el miércoles por la noche. Estará habilitada hasta el 14 de agosto y su autor espera a los visitantes para el diálogo que propone su pintura. “Cada uno elige el final que quiere, me gustaría escucharlo”, dijo al hablar ante el público, en el acto de presentación. Este lugar en el Bellas Artes, Benjamín lo tiene bien ganado”, dijo el director del Museo “Doctor Juan Ramón Vidal”, Francisco “Pancho” Benítez, al presentar, el miércoles por la noche, la exposición de pinturas del artista plástico Benjamín Pujol, denominada “Esperanza infinita”.
Familiares, colegas, amigos y alumnos de su taller de arte, acompañaron al profesional docente en este lanzamiento significativo para su carrera, contando además con la participación del subsecretario de Cultura, Gabriel Romero, y el director del Teatro “Juan de Vera”, José Ramírez, que se desempeñó como profesor de artes visuales de Pujol en la Academia “Josefina Contte” y que sobre el final del acto realizó una “lectura visual” de dos obras del autor.
“El compromiso con el arte, requiere trabajo, horas restadas al descanso, inversión de dinero. Benjamín preparó en exclusiva esta muestra para el museo, se llevó planos de la sala, tomó fotos buscando la ubicación apropiada, estamos honrados de que este espacio le pertenezca”, afirmó Benítez.
“Debo recalcar el rol del Museo en la difusión de los artistas y esta impactante instalación que propone Pujol en su paso inaugural por esta casa”, según palabras del subsecretario Romero.
Si bien la muestra se preparó en la sala “Justa Díaz de Vivar”, que en dimensiones es más pequeña que la sala “José Negro”, la masiva concurrencia hizo que el acto central se traslade a esta última para dar cabida a tanta gente que con sumo interés siguió las alocuciones de cada uno.
“La obra cierra su ciclo al compartirla con el otro, es una motivación necesaria ya que las artes visuales son una forma diferente de comunicarse; me encanta pensar que todos los que estamos acá tenemos por lo menos un gran talento y este es el mío. Me he esforzado por la pasión que tengo por esta profesión artística”, dijo Benjamín Pujol, que dedicó la muestra a sus padres, Miguel Ángel y Margarita y a su abuela ya fallecida, que sembraron en él, la “Esperanza infinita” que puso en práctica en los momentos difíciles, cuando todo parecía perder de vista el horizonte.
“El arte abstracto estimula la imaginación. Generalmente la esperanza está asociada al color verde e igualada con valores esenciales como la fe y el valor, que son valores eternos, que tienen otra autoridad, otra jerarquía. Yo fui educado en valores y celebro encontrarlos en el otro, el intercambio nos beneficia”, siguió.
Docente y alumno “a perpetuidad”, como se calificó, Benjamín contó que dedicó 43 días, con sus noches a este trabajo exclusivo al que quiso dar un enfoque didáctico, para que las visitas se vayan con algo. Habló delante de una reproducción que da nombre a la muestra, aunque invitó a ver el original, ya que “una impresión la evoca, pero no es lo mismo”.
La esperanza gigante
“Esperanza infinita” es una instalación trabajada en acrílico sobre gran formato. Enmarcada en madera, conlleva un efecto logrado a través de espejos que refuerza aún más la sensación de profundidad que el artista quiso expresar. Los colores caminan por la gama del verde partiendo de un amarillo ocre hasta fundirse en un azul visionario.
En su análisis, José Ramírez señaló a Benjamín Pujol como un hombre de fe que. “En Profundidad”, su cuadro de pequeño formato con el que abre el recorrido por la sala, comienza a revelarse como tal. Los espejos reflejan la esperanza-angustia y el infinito de la eternidad-tiempo; inmensidad-espacio. Todo se basa en el talento decía Miguel Ángel Buonarotti y esta es una exposición trabajada con inteligencia, desde lo espiritual, intelectual y matérico”.
Hasta más allá de las 23 se extendió la reunión, celebrada exitosamente y con el mejor de los augurios para el artista, que además de la muestra, se presentó familiarmente dispuesto al diálogo en los próximos días y agradeció especialmente al personal del Museo (desde el policía de guardia, hasta el director de la casa), por una noche inolvidable.
Viernes, 23 de julio de 2010
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