EN LA SALA DEL SOL Chela Gómez Morilla expone “Espacios” Óleos y acuarelas representan los “Espacios” que la artista plástica ha plasmado en telas y papeles. Hasta el 11 de junio se puede visitar la exposición en Córdoba y 9 de Julio. Elsa Elena Gómez Morilla en persona, hará de guía en el recorrido fundamental que implica la luz y el color de la naturaleza por su obra. Su obra recorrió los cinco continentes, pero forma parte del patrimonio de los correntinos, porque para Elsa Elena “Chela” Gómez Morilla, la naturaleza conjuga su imaginario con la realidad de una pintura rica en sentimientos. Hasta el 11 de junio expone en Sala del Sol, la esquina cultural de Córdoba y 9 de Julio, Extensión Universitaria de la Unne.
En el horario de 10 a 13 y de 18 a 20.30, la propia artista se presta como guía en el pasaje hacia la fuerza que emana de su obra e invita a compartir la magia de su inspiración, con revelaciones de cómo hace y de dónde nace lo que luego plasma en las telas y papeles y que bautiza con nombres propios y a los que deja volar, porque el arte se completa de esa manera.
Su pintura es intensa en color y luz. “Busco el alma en ca-da uno de los espacios que me rodean y es mi deseo mantenerlos tal cual se presentan, me ubico en la luminosidad que emana del color y escojo los personajes, los elementos que viven en ese ambiente y los devuelvo a su espacio”, dice gesticulando con los dos brazos en un envolvente círculo que se arremolina hasta volver a ella. El grado de pertenencia espacio-tiempo, revierte el aislamiento que prefiere en su atelier, para integrarse al público que la requiere en la sala.
Son en total 45 las obras exhibidas y todas recientes, del año 2009 y la mitad del 2010 que se va cumpliendo. Oleos y acuarelas, mucho paisaje y el estilo particular de “Chela” que apuesta a los camalotales y humedales, a los animales y las flores pero también a las personas. “Pinto a la mañana con la luz natural del día y a la siesta; me encanta la siesta y su silencio, algún duende se debe acercar a mis pinceles para entonces, porque es la hora de mayor concentración. Un poco de música clásica o algo de jazz, la música del chamamé me apasiona pero para disfrutarla en vivo”, agrega.
En esa soledad acompañada, la mística describe el infinito hacia lo terreno y la obra se revela. “La casa del lapacho”; “El molino”; “Cruzando el camalotal”, son algunas visiones de la artista, que posiciona el paisaje en primer plano.
“Viajo mucho y miro más. Saco apuntes mentales y después los recreo. Aunque están todos visualizados, hago una composición previa, sin recurrir a la fotografía. La foto te condiciona a un enfoque diferente, nada como el ojo humano”, señala.
“Amo la naturaleza y quiero que se enamoren de ella a través de mi obra; la fuerza que está en ella, es el mensaje que extiendo junto con mi más genuina expresión”. Diplomada en el Instituto Superior de Bellas Artes e Idiomas “Josefina Contte”, Elsa Elena Gómez Morilla lleva realizadas más de doscientas exposiciones individuales y colectivas. Fue premiada en seis décadas y sus obras aparecen en registros de arte de todo el mundo. Su nombre se lee en libros y su transferencia cultural la ha dado como docente, colega y alumna. “Uno nunca termina de aprender y la continuidad hace a la magia”, agrega.
“La acuarela requiere más aislamiento, es como entrar a un templo de cristal sabiendo que todo es frágil; la misma técnica impone esa eteridad y la concentración con mayor exigencia; el óleo me concede más libertad, una devolución diferente hacia la tela que también tiene sus reclamos, pero ambos me dan felicidad, me completan”, tal define.
Con el abrigo sobre los hombros, Chelita despide a las visitas que desfilan por la sala interesadas en su colección. Afuera es otoño y tras las puertas entornadas, queda agazapada la primavera del color.
Sábado, 5 de junio de 2010
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