MUESTRA DE HUGO JUSTINIANO ¿Y qué ngaú es el arte? La muestra del artista chaqueño se inauguro en la Sala Adolfo Mors ubicada en la costanera capitalina.
A modo de presentación, el escritor Nicolas Toledo nos conduce por el laberinto del creador: Hugo Justiniano se apropia de este interrogante y le da una connotación casi pendenciera. En esta serie de obras, se pregunta y se responde, a su modo, con las respuestas que a él le calzan mejor. El arte para Hugo son los dibujitos hechos para gustar a su mamá y a su maestra. Los cuadros hechos para gustar a las minas. Porque Hugo, dentro del arte, sigue queriendo gustar, fiel a esa vanidad que es indispensable ¡cómo no! para el artista.
Pero no conforme con esa semblanza, nos informa un poco más;
Recreaciones de la pornografía naif de la década de los veinte, mujeres de formas llenas y de hermosa y humana desnudez que contraviene los cánones plásticos noventasesentanoventosos (¿y qué ngaú? ¿no son lindas así, desparramaditas y sanas?), ocultando-insinuando mensajes escritos y borroneados en paredes usadas como fondos; una Mata Hari rolliza que no se percata, o hace como que no, de una pintada icónica y con sabor a historia de la política argentina, esa “j” antecediendo a una “p” que no necesita explicación.
Un Justiniano un poco más joven se topó en un sótano hasta ahí clausurado con una colección de revistas eróticas del año de ñaupa, y apresó su estética para enfrentarla a graffiti guarangos, políticos o sencillamente jodones, y postular otros mensajes nacidos de la conjunción de ambos. O no, ¿y qué ngaú? ¿No es válida también la apatía como instrumento artístico?
Hugo Justiniano, buscalíos, nos increpa-inquiere de esta manera. Me atrevo a intervenir su concepto para completarlo con otra correntinada de esas de criatura, de la época donde él dibujaba monitos complacientes: ¿y qué ngaú? ¿Qué pá e’ si soy así y hago esto?, termina preguntandose Toledo para obligarnos casi compulsivamente a ver de que se trata toda movida creativa.
Martes, 2 de septiembre de 2008
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