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VELADA CONMEMORATIVA
Trigésimo séptimo aniversario de la Policía de la Provincia
Este viernes a las 21.30 en el Teatro Oficial Juan de Vera, la Banda de Música de la Policía de Corrientes y el Grupo Integración tendrán a su cargo el espectáculo musical de la velada oficial.
Este año la Policía de Corrientes festeja su XXXVII aniversario con la actuación de la Banda de la Institución, que ejecutará algunos temas que conforman su amplio repertorio: “Mi promesa” donde realiza solos de saxo tenor el Cabo Mario Leopoldo Rodríguez, “Como yo te amo” de Raphael con el solo de trompeta del sargento Julio Cesar Navarro, “Deus me livre (Dios me libre) del Grupo Raça Negra (Raza Negra) con la ejecución del solo en saxo tenor del Cabo Sebastián Alonso Navarro, “Donde estará mi primavera de Marco Antonio Solís con la interpretación en voz de un invitado especial Ramón Mario Joaquín Elorrieta que también cantará “Mas que un amigo” y por último “Una y mil veces cantaré” de Cristian Castro. Todo bajo la batuta del Comisario Inspector Ramón Ernesto Aguilar, a quien también pertenecen los arreglos musicales y las adaptaciones. Por su parte el Grupo Integración hará lo propio con la interpretación de los temas que son del gusto de los presentes y cuyo repertorio es por todos, conocido. La policía de Corrientes nace prácticamente con la fundación de la ciudad Capital de la provincia, el día 3 de abril de 1588, fecha que se instala el cabildo y Corregimiento, cuya autoridad se regía por la Legislación de Indias.El citado Cabildo funcionó hasta el 31 de diciembre de 1824, y la constitución de la provincia reformada de conformidad a las ideas del Triunvirato donde las funciones del cabildo eran ejercidas por Gobernadores, Intendentes y en el Art. 14 de la reforma establecia que la policía quedaba a cargo del Alcalde Mayor que dependía del Gobernador. Don pedro Ferré dicta un decreto el 4 de febrero de 1825, donde disponía las funciones de la policía, las que eran: establecer el orden, el cuidado de la Plaza e Abastos, mantenimiento del orden y las buenas costumbres, evitar la vagancia, encauzar la convivencia pacífica, obligar a los padres a enviar a sus hijos a la escuela, se establecía castigo al que fuese hallado en estado de ebriedad, los que profirieran palabras obscenas o insultos, a los que se detenía por vagancia, se prohibía el juego de naipes y la portación de armas, como así también el galope y juego de carreras en las calles. También ordenaba a las tiendas y pulperías a mantener un farol desde la oración hasta el toque en las noches oscuras-durante este lapso no entraban ningún carruaje a la ciudad sin la autorización escrita del Juez Policía- y algo muy importante, el Juez Policía tenía que visitar cada seis meses las escuelas, inspeccionando el estado intelectual de los alumnos, informando al Gobierno central los progresos de los jóvenes

Lunes, 4 de agosto de 2008

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